sábado, 9 de octubre de 2010

las creencias

En la entrada anterior, que pretende ser itroductoria al tema de la Teoría de la Acción Razonada (TAR), mencioné a las creencias como parte de los elementos que determinan la conducta humana. Pues bien, ahora explicaré por qué para esta teoría es importante su presencia en el estudio del comportamiento humano.

Dentro de la TAR, las creencias acerca de un objeto proporcionan la base para la formación de una actitud. "Ajzen y Fishbein (1975) definen la creencia como la probabilidad subjetiva de una relación entre el objeto de la creencia y algún otro objeto, valor o atributo. (...) La formación de una creencia implica la unión de dos aspectos determinados del mundo de un individuo, esto tiene el propósito de conseguir el entendimiento de sí mismo y de su medio ambiente". (1)

Para estos teóricos existe la formación de tres tipos de creencia que clasifican como: creencias descriptivas, creencias inferenciales y creencias informativas.
  • Creencias descriptivas: Son todas aquellas creencias que se obtienen por la observación directa de un objeto específico dado por el individuo. Por ejemplo, observar una manzana y darse cuenta de su color, forma, etc.
  • Creencias inferenciales: Se obtienen a través de la interacción que mantiene el individuo con otra persona; tienen que ver con las características inobservables como por ejemplo, la timidez de una persona. Tienen su origen en las creencias descripitivas realizadas con antelación.
  • Creencias informativas: Son las que consiguen mediante la información obtenida de otros acerca de un objeto. Por ejemplo, pedirle a un amigo que te cuente si le gustó o no una película para decidir si verla o no.

    Fuente: 
    1. REYES, L. (2007). La teoría de la acción razonada: implicaciones para el estudio de las actitudes. Investigación educativa, 7, 66-77.    

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