domingo, 24 de octubre de 2010

a modo de ejemplo

Buscando algo en la red que sirviera para ejemplificar de cierta forma esta teoría, me acordé de una película que ví hace un tiempo. Se trata de Yes, man o Sí, señor para las versiones en español.

El argumento dice más o menos así: Jim Carrey, Carl en la película, es un hombre amargado que vive diciendole NO a todo. Invitado por un amigo, Carl asiste a un programa de autoayuda que se basa en decir que sí a cualquier cosa. Desde ese día, su vida gira en 180°, pero luego de un tiempo se da cuenta que decir siempre sí no es tan bueno. Aquí va el trailer.


Ahora se preguntarán, qué tiene que ver una comedia de Jim Carrey con esta teoría. Pues bien, para mi la relación está en que el comportamiento de Carl tras el programa está condicionado por la Norma Subjetiva. Pues todos quienes lo rodeaban esperaban que dejara su vida de NOES y Carl acepta tomar este programa pensando en cumplir con el resto. Finalmente (no estoy revelando el final de la película, claro) tiene que darse cuenta que es necesario que su opinión, lo que él quiera hacer, es importante también. Véanla, es divertida y además sale la bonita de Zooey Deschanel.

la intención conductual

Si en la entrada anterior hablé de las creencias, ahora es el turno de hablar del otro fractor que determina la conducta humana, la intención conductual.

"La intención conductual es la probabilidad subjetiva que una conducta se conecte a una acción. Mientras más cercano en el tiempo, más cercana es la intención conductual a la conducta" (1).

Pero ¿qué quiero decir con esto? De forma más simple se puede entender la intención como una especie de balance entre dos cosas. Éstas son nuestra actitud y la norma subjetiva.

Las actitudes corresponden a lo que nosotros creemos que debemos hacer y tienen que ver con el agrado o desagrado que nos produce realizar una acción. La norma subjetiva, también conocida como "presión del grupo", se refiere a la percepción que tenemos acerca de lo que creemos que debemos hacer según los referentes normativos (el resto del grupo).

"En síntesis, la Teoria de Acción Razonada establece que la intención de realizar o no realizar una conducta es una especie de balance entre lo que uno cree que debe hacer y la percepción que tiene de lo que los otros creen que uno debe de hacer." (2

Fuentes:
1. http://www.slideshare.net/psicologiasocialuarcis/teora-de-la-accin-razonada 
2. CONTRERAS, A. La Teoría de la Acción Razonada. Recuperado el 24 de octubre de 2010 de http://www.comminit.com/en/node/150227/37

sábado, 9 de octubre de 2010

las creencias

En la entrada anterior, que pretende ser itroductoria al tema de la Teoría de la Acción Razonada (TAR), mencioné a las creencias como parte de los elementos que determinan la conducta humana. Pues bien, ahora explicaré por qué para esta teoría es importante su presencia en el estudio del comportamiento humano.

Dentro de la TAR, las creencias acerca de un objeto proporcionan la base para la formación de una actitud. "Ajzen y Fishbein (1975) definen la creencia como la probabilidad subjetiva de una relación entre el objeto de la creencia y algún otro objeto, valor o atributo. (...) La formación de una creencia implica la unión de dos aspectos determinados del mundo de un individuo, esto tiene el propósito de conseguir el entendimiento de sí mismo y de su medio ambiente". (1)

Para estos teóricos existe la formación de tres tipos de creencia que clasifican como: creencias descriptivas, creencias inferenciales y creencias informativas.
  • Creencias descriptivas: Son todas aquellas creencias que se obtienen por la observación directa de un objeto específico dado por el individuo. Por ejemplo, observar una manzana y darse cuenta de su color, forma, etc.
  • Creencias inferenciales: Se obtienen a través de la interacción que mantiene el individuo con otra persona; tienen que ver con las características inobservables como por ejemplo, la timidez de una persona. Tienen su origen en las creencias descripitivas realizadas con antelación.
  • Creencias informativas: Son las que consiguen mediante la información obtenida de otros acerca de un objeto. Por ejemplo, pedirle a un amigo que te cuente si le gustó o no una película para decidir si verla o no.

    Fuente: 
    1. REYES, L. (2007). La teoría de la acción razonada: implicaciones para el estudio de las actitudes. Investigación educativa, 7, 66-77.